No hay nada como ser una misma.

Me encanta vestir de chándal y deportivos todos los días de la semana y cuanto más fosforitos mejor, mis gustos musicales se limitan a Katy Perry y Rihanna, me gusta el frío, la lluvia, y el aire acondicionado al máximo, hasta en invierno. Me encanta el ron y el tequila, sin limón y sin sal, no hace falta. Me gusta cantar a cada rato aunque no lo haga bien, ninguno de mis tacones tiene tapas, se fueron una noche bailando. Soy fumadora compulsiva, siempre un paquete al día, y los fines de semana dos. No me gusta leer, pero lo intento, aunque siempre acabe leyendo empalagosas novelas con la típica portada de una mujer delicada y femenina en brazos de un hombre fuerte sin camiseta. Soy sencilla y a la vez complicada, es fácil hablar conmigo pero a veces no se sabe por dónde te puedo salir. Tengo incontinencia verbal, y meto la pata cada dos por tres. Lloro mucho, muchísimo, a veces una vez por semana, pero también río mucho, muchísimo, a cada segundo, aunque no me salga. Siempre pierdo los calcetines y los pendientes, tengo siempre uno de cada. Amo a Johnny Depp, con sus uñas sucias y sus dientes rotos, y más aún si se convierte en pirata. Me encantan los perfumes, cuánto más caro, dulzón y fuerte mejor. Odio que no me quiera, pero odio aún más el odiarlo por esa razón, porque lo que en esta vida no toca, no tiene más vueltas. Me encantan las sonrisas que transmiten, me vuelven loca. Me empano doce horas al día, y las otras doce las utilizo para dormir. Me gusta subrayar los apuntes de muchos colores, creo que es lo único que hago con ellos. Tengo muchos planes de futuro pero no hago nada por sacarlos adelante. Me encanta ducharme dos veces al día. Amo el helado, en verano y en invierno, a cada rato. Desde pequeña juré que me operaría la nariz, pero últimamente le estoy cogiendo hasta cariño. No me gustan las chuches, ni tampoco me hace gracia el chocolate. Me gustan las verduras, sí, lo acepto. Soy torpe, me tropiezo a cada rato y tiro la mesa sin querer en los bares. Tengo fobia a los aviones, aún volando en ellos a menudo. Me encantan los veranos en Brazil, me hace olvidarme de todo, pero nunca de tí. Y por último decirte que te quiero, que aquí están todos mis defectos y en ocasiones virtudes, pero lo importante es que me aceptas tal y como soy, y eso lo es todo para mí.

YS